Ahí días que nos levantamos con noticias duras que nos devuelven a la cruda realidad de lo que somos. Cuando algún artista de gran valor muere, queda todo un poco más gélido, queda todo un poco más rancio y es hora de pensar que ahí que ir cambiando los tonos grises que nos rodean por colores vivos que inunden nuestras retinas de vida.
El personaje de hoy, era capaz de sacar toda la gama de colores de la paleta con un solo disparo de su objetivo y conseguir retratar y dejar plasmada la mirada de una sociedad ávida de cambios.
La Movida madrileña no sería lo mismo sin esa visión ácida y crítica de la verdad que se vivía en esos momentos. Fue galardonado con el premio Nacional de Fotografía en 2006.
La trayectoria de Pérez-Mínguez se desarrolló de forma paralela a los sucesos históricos de España y durante los últimos años de la dictadura tuvo que enfrentarse a la censura.
Co-fundador de la revolucionaria revista de fotografía Nueva Lente, a finales de los 70 y principios de los 80 realizó la serie fotográfica Foto-Pro, cerca de 300 retratos de protagonistas de la Movida como Alaska, Almodóvar, Carlos Berlanga, Tino Casal, Paloma Chamorro o Fabio McNamara, entre otros.
Además participó en numerosas acciones junto a fotógrafos como Alberto García Alix, Eduardo Momeñe, Ouka Leele, Alberto Schommer o Juan Ramón Yuste, y abrió su estudio-taller en Madrid, donde tuvieron lugar numerosos happenings y encuentros artísticos.
Lo cierto es que es muy difícil imaginar los años del Rock-Ola sin sus retratos.
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