martes, 27 de noviembre de 2012

mmm_us

Estando en capitales europeas como Berlín, Ámsterdam, Londres, Milán...siempre me gustó ese ambiente cosmopolita, esa sensación de que seas de donde seas o de que estés en cualquiera de estas ciudades por el motivo que sea, nunca estás fuera.
Surgen en ellas unos espacios originales que hasta entonces, ya sea en Barcelona, Madrid, San Sebastián... jamás había encontrado en España.
Lugares de encuentro a medio camino entre cafetería, biblioteca, restaurante, coctelería...


Espacios amplios (casi siempre, naves o locales) libres de wifi, con una no-remodelación muy conseguida (tuberías descubiertas, paredes sin enyesar, decoración retro-vintage...) y en los cuales surge muchísima vida en su interior.



Son de esos sitios agradables donde podrías permanecer durante horas, en buena compañía, con una conversación mientras degustas una ensalada (siempre de la huerta ecológica que les abastece), o bien un zumo de multifrutas, una cerveza elaborada artesanalmente, un bacalao ahumado sobre brevas con mousse de boletus o su famoso bizcocho de zanahoria...ummm...


y mientras repasar unos apuntes, empaparse de las últimas tendencias, hacer amigos en las mesas comunes (ya sean diseñadores, músicos, profesores o administrativos...), comprar alguno de sus muebles y complementos que forman la decoración.



Un pequeño y acogedor bar-despensa, con muchísimo encanto y una curiosa decoración (ahora Berlín, ahora Nueva York) que desde la puerta no sé sabe bien que es: una tienda delicatessen, un bar, un hangar, un afterwork...
Todo esto se completa con conciertos acústicos, exposiciones, showroom de diseñadores, mercadillos vintage de artículos para el hogar...
En la realidad, un lugar donde comer, beber y vivir.

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